Posted on the 15 February 2012 by Juanas6s6nses
@JuanitaNieto_
ENG. Last October Natis and a group of friends traveled to the Isla del Encanto, Puerto Rico! Finally, after months of planning and preparation, it was D-day. Eight of us flew into the island and got to drive around (for a day and a half ) in a 7 seat SUV with the sole purpose of sightseeing, getting a taste of the food and maybe, but not probably, some beach time.
We were welcomed by a clear blue sky lined with crisp white, almost feather-like clouds that made Natis feel as if the world had stopped moving. The rhythm of the ocean’s waves combined perfectly with the collection of rainbow houses that adorned the blue cobbled streets. We spent the afternoon walking around the rocky peninsula where the Old San Juan, the historic district of Puerto Rico’s capital city is located. We wandered within the thick walled fortress of El Moro and from a distance, gazed at La Perla. A well known neighborhood to which Reggaeton group Calle 13 makes a tribute in a song named after it.
The next day caught us driving towards the world’s largest and most sensitive radio-telescope, located in the Arecibo Observatory. You may recognize it from the James Bond movie Golden Eye. This place really gives you a sense of how enormously huge the solar system is, or rather how humongously small we actually are. Just remember to keep track of the distance between the planets that pose as landmarks and guide you towards the telescope. From there, the road led us to the Camuy River Cave Park which is part of a vast network of natural limestone caves and waterways carved out by the third largest underground river in the world. We couldn’t help but stare in awe at the impressive colossal stalactites and stalagmites as we strolled around.
Night found us under the stars and a full moon on top of a small boat in the middle of Phosphorescent Bay. The magical experience of the calm water and the mysterious blue-green light created by the single-celled bioluminescent dinoflagellates that live in the water, was somewhat dimmed by the strong moonlight. Either way, the soothing wind and the serene atmosphere was the perfect end to the hasty road trip.
AUTHOR NATIS
ESP. En octubre pasado, Natis y algunos de sus amigos viajaron a la Isla del Encanto, ¡Puerto Rico! Finalmente, después de meses de planificación y preparación llegó el tan esperado día. Ocho de nosotros viajamos a la isla para conocerla en día y medio por carretera en una camioneta de 7 puestos con el único propósito de hacer turismo, probar algo de la comida y tal vez, pero con pocas probabilidades, disfrutar de la playa.
Nos dío la bienvenida un hermoso cielo azul claro, delineado por nubes de un blanco reluciente, que casi parecían plumas, lo que hizo que Natis se sintiera como si el mundo hubiera dejado de dar vueltas. El ritmo de las olas combinaba perfectamente con el arcoiris de casas que adornan las calles empedradas de la ciudad. Pasamos la tarde caminando por la península rocosa donde se encuentra el Viejo San Juan, la parte histórica de la capital. Vagamos por entre las gruesas murallas de El Morro y desde la distancia, admiramos el barrio La Perla, un conocido barrio al cual el grupo de Reggaeton Calle 13 le dedica una canción que lleva su nombre.
El día siguiente nos sorprendió conduciendo hacia el radio-telescopio más grande y sensible del mundo situado en el Observatorio de Arecibo. Seguro se acuerdan cual es, aparece en la película Golden Eye de James Bond. Este lugar realmente te da una perspectiva de lo enormemente grande que es el sistema solar o más bien que tan infinitamente pequeños somos realmente. Sólo no pierdan de vista la distancia que hay entre los planetas que están como puntos de referencia y guían hacia el telescopio. De allí la carretera nos llevó hasta el Parque de las Cuevas del Río Camuy, que hace parte de una vasta red de cuevas de piedra caliza y los caminos fluviales naturales talladas por el tercer río subterráneo más grande. La verdad es que todos nos quedamos asombrados admirando las impresionantes y colosales estalactitas y estalagmitas que estaban a nuestro alrededor.
La noche nos encontró sobre un bote bajo la luna llena y un cielo estrellado en el centro de Bahía Fosforescente. La mágica experiencia de ver entre las tranquilas aguas la misteriosa luz azul-verde creada por las criaturas unicelulares, dinoflageladas bio-luminosas que viven en el agua, estuvo atenuada en parte por la fuerte luz de la luna. Y sin embargo, el suave correr del viento y el sereno ambiente fue el final perfecto para el precipitado viaje por carretera alrededor de la Isla del Encanto.